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AUTORÍA Y AGENTES PARTICIPANTES
Miramar opera desde una coautoría, ya que el escultor firma la obra, pero el colectivo POLS co-produce el proyecto al ceder espacio, gestionar montaje y activar redes.
Sobredosis mantiene autoría individual. Los colaboradores (técnico de sonido, personal de sala) desempeñan roles auxiliares sin participación creativa en la conceptualización.
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DIMENSIÓN ECONÓMICA Y RECURSOS
Miramar. Financiación colectiva, trabajo no remunerado, cesión gratuita de espacio. Opera como «intersticio social» fuera de lógicas capitalistas. Recursos materiales mínimos, capital simbólico compartido.
Sobredosis. Dependencia institucional. Requiere infraestructura técnica profesional (sistema de sonido, sala acondicionada). Busca financiación mediante becas, convocatorias o apoyos de centros culturales. Mayor inversión económica, distribución jerárquica de recursos.
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INSTITUCIONES Y ACCESO
Miramar: Circuito autogestionado. POLS se autodefine fuera del sistema institucional convencional, aunque mantiene conexiones estratégicas con agentes consolidados.
Sobredosis: Negociación con instituciones consolidadas. Busca espacios universitarios, centros culturales o galerías con capacidad técnica. Requiere protocolos de seguridad, permisos, seguros. Mayor formalización burocrática.
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ESPACIOS Y LÍMITES ARTÍSTICOS
Miramar: Ampliación de límites. El espacio mismo (POLS) es producto artístico y político. Se autodefine y se autoregula.
Sobredosis: Adaptación a espacios convencionales. Necesita sala para hacerla oscura, sistema de sonido envolvente. Opera dentro de tipologías espaciales establecidas (cubo negro vs. cubo blanco) sin cuestionar la institución-contenedor. Pero se espera oposición por definición, posición política.
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ACTIVACIÓN, EXPOSICIÓN Y DIFUSIÓN
Miramar: Difusión horizontal. Redes sociales, boca a boca, medios culturales locales. Temporalidad extendida sin “presión comercial”.
Sobredosis: Difusión vertical y programada. Quizás nota de prensa institucional, agenda cultural oficial. Activación controlada: grupos pequeños, turnos organizados, protocolos de entrada/salida. Temporalidad limitada.
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PRODUCCIÓN Y CIRCULACIÓN DE CONOCIMIENTO
Miramar: Conocimiento compartido. Aprendizaje colectivo sobre gestión de espacios, construcción de comunidad, economías alternativas.
Sobredosis: Conocimiento transmisible. Investigación sobre representación del horror, técnicas de inmersión sensorial. Se documenta formalmente (memoria, video-registro) para circulación académica o profesional.
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DIMENSIÓN SOCIALIZADORA: ENCUENTRO, COMUNIDAD Y TRANSFORMACIÓN
7.1 Tipos de sociabilidad que produce cada proyecto
Miramar ejemplifica lo que Bourriaud (2008) denomina «arte relacional en su expresión más literal»: la socialización es el contenido mismo de la obra, no su efecto secundario. La dimensión socializadora opera constantemente: en las reuniones de preparación, en las conversaciones durante la inauguración, en los encuentros posteriores que el espacio facilita…
Sobredosis, en cambio, produce una sociabilidad intensa pero efímera y controlada. Busca transformación del espectador que luego puede, o no, activarse políticamente (finalmente).
7.2 Modelos de interacción con el público
Miramar: Modelo de convivencia. El público puede regresar múltiples veces.
Sobredosis, no existe contacto con el autor de la instalación. Una segunda visita no se espera, ya que pierde el elemento “sorpresa”. No hay intercambio de opiniones entre el público.
7.3 Tensión transformadora.
Ambos proyectos pretenden transformar al público. Pero no hay herramientas que puedan corroborar que esto se logre, aunque se puede intuir por los comentarios de aquél. Siempre en un espacio temporal limitado.
CONCLUSIÓN:
Miramar es un modelo colaborativo que construye infraestructura propia desde prácticas comunitarias. Sobredosis responde a un modelo individual que “negocia” con estructuras institucionales existentes para difundir mensaje urgente.
¿Podría plantearse un desplazamiento de Sobredosis hacia un concepto más colaborativo como Miramar?, ¿hasta dónde se perdería la seudo independencia política? ¿ganaría un cliché, subordinado al lugar, o asociación que acoja la instalación?. Las relaciones generará, quieras o no, un posicionamiento político..
Debatecontribution 0en ANÁLISIS COMPARATIVO: «Sobredosis de dolor infantil» y «Miramar» (2019)
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Este es un espacio de trabajo personal de un/a estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya. Cualquier contenido publicado en este espacio es responsabilidad de su autor/a.
Hola David,
Tu proyecto me ha conmovido profundamente. Me parece muy potente la decisión de sustraer la imagen para activar la imaginación del espectador a través del sonido y la ausencia. Esa “oscuridad absoluta” de la que hablas la siento cercana, aunque en mi caso se manifiesta desde otro lugar: en Resonancia del Infinito, trabajo con la luz y el silencio como formas de presencia, buscando también una experiencia sensorial y reflexiva donde el espectador no solo observa, sino que se implica emocionalmente.
Encuentro un punto de unión en esa voluntad de activar una percepción más consciente, donde lo invisible —en tu caso, el horror silenciado; en el mío, la vibración del universo y la materia— se vuelve protagonista. Ambos proyectos parecen insistir en la necesidad de detenernos, de escuchar lo que no se muestra, y de generar una experiencia interior transformadora.
Sería interesante pensar cómo nuestras propuestas podrían dialogar a través de la relación entre luz y oscuridad, silencio y sonido, como dos caras de un mismo gesto poético y político: hacer visible lo que se suele ignorar.
Un saludo
Hola David,
Tienes una propuesta de proyecto muy interesante, con una gran carga conceptual y emocional al abordar el sufrimiento infantil y la violencia desde la ausencia y el vacío sensorial. Aunque mi proyecto se centra en otro ámbito, como la manipulación algorítmica en los contenidos digitales, sí veo una posible colaboración en la intención común de generar conciencia crítica sobre cómo percibimos y comprendemos la realidad. En ambos casos se evidencia cómo los medios y las tecnologías condicionan nuestra percepción. Una posible colaboración podría consistir en explorar la relación entre lo visible y lo invisible para cuestionar la construcción de nuestra realidad.
Un saludo,
Yolanda
Buenos días, David
Muchas gracias por tu propuesta de proyecto. Muy necesaria.
Me acordé de una obra extraordinaria de Derek Jarman, Blue.
Una película que realizó cuando ya estaba enfermo de SIDA. Se trata, justamente, de una reacción al aluvión de las imágenes que nos rodea continuamente.
https://www.tate.org.uk/art/artworks/jarman-blue-t14555
Por otro lado, un teórico que ha reflexionado mucho sobre las imágenes del horror, en particular del holocausto, es Georges Didi-Huberman. Uno de los grandes referentes de la Historia del Arte reciente.
https://revistas-filologicas.unam.mx/acta-poetica/index.php/ap/article/view/837/1065
Deseando ver cómo evoluciona tu proyecto. Quedo a tu disposición para cualquier cosa puedas necesitar de mi parte.
Un saludo,
Francesco